miércoles, 9 de mayo de 2018

Cine vs Netflix: La pantalla nunca muere.

Cuando discutí por primera vez con un amigo sobre el polémico enfrentamiento de Netflix y otras modernas plataformas con el cine tradicional, en la contienda él abogaba por el gigante del streaming y yo defendía con furia el poderío de lo tradicional, con sus argumentos validos y respetables, me hizo caer en cuenta de que este era un debate al que le faltaban muchos metros de tela por cortar. Este tan solo es un acontecimiento más en la gran historia del cine.

Este enfrentamiento no lo comenzamos nosotros, esto nació el año pasado en Cannes, donde dos películas de Netflix tenían opción de ser premiadas por dicho festival, "The Meyerowitz Stories" de Noah Bambauch y "Okja" de Bong Joon - Ho. Ante esta particularidad, la Federación Nacional de Cine Francés exigió que todas las películas fueran exhibidas en los cines franceses, que este era un requisito que empezaría a regir desde el año 2018. La determinación causó tremendo revuelo y los fundadores de Netflix advirtieron un bloqueo para sus productos. Posteriormente el director del Festival de Cannes indicó que las películas de Netflix podían concursar pero no en las categorías principales del certamen. Al dia de hoy, la cosa es tan grave que la plataforma informó que este año no permitiría la proyección de productos donde ellos tengan la mínima participación.


Con la constante evolución de la tecnología llegó Netflix (Fundada en 1997 por Reed Hastings y Marc Randolph) para cambiar la forma de ver cine y la televisión, es una plataforma que hoy cuenta aproximadamente con 125 millones de suscriptores, cifra que cada segundo sigue aumentando sin lugar a dudas.

Llegó, gustó y se quedó, no solo para mostrarnos otra forma de ver cine, sino que de manera inconsciente quiero creer que es así ha querido cambiar la forma de apreciar y sentir esta experiencia, ya que la mayoría de las personas hoy en día prefieren ver películas sin salir de casa, no solo por la "comodidad" a la que siempre hacen referencia, sino también por moda, lo cool de contar con los servicios de vídeo en streaming. Es que así como lo zapatos de moda, el perfume en furor, el teléfono celular que todos desean tener, quien hoy cuente con el servicio de Netflix, pese a su bajo costo ya hace parte del club. Gracias a "Nefli" como algunos inocentes gritan con aire de triunfadores, nacieron las tendencias: viernes de peliculitas, sábados de juicio total y los domingos sin salir de la camita.

El fácil acceso, la ola de lo cool y las novedades con calidad innegable que hoy brinda esta plataforma y otras que le siguen los pasos muy de cerca, queriendo o no, han cambiado la forma de ver cine. Aunque rotundamente no niego que hasta para los cinéfilos y seriéfilos ha servido para ampliar el rango de producciones que no se habían podido ver por cualquiera que sea el motivo, tampoco puedo negar que este monstruo le está arrebatando a la humanidad la oportunidad de vivir una de las mejores y mágicas experiencias que puede vivir una persona, ir al cine. Sin decir la amenaza en que se ha convertido para la industria cinematográfica, sea justificada o no por algún bajón de calidad, falta de nuevas ideas, precios de boleteria y comida, etc. Desde hace varios años se ven cada vez más solas las salas de cine, algo muy triste con lo que hay que lidiar.

"El hombre es un animal de costumbres", dijo el escritor inglés Charles Dickens, yo no limitaría tanto al ser humano, pero algo de cierto hay, la gente usualmente tiene sus costumbres, y el que no las tiene se las copia para agradar o se las inventa para llamar la atención. Lo que si no tiene discusión es que el ser humano es dinámico, tenemos costumbres que pueden cambiar como nuestro pensamiento, y son precisamente los hábitos de la gente los que están cambiando con respecto a la forma como recibimos el arte, como admiramos la obra y las expresiones de nuestros semejantes. Me rehúso a creer que la magia de la gran pantalla sea reemplazada por una cama, palomitas quemadas, 1 litro de gaseosa y dos pequeñas pantallas: La televisión y el celular.

El cine es pagar por un boleto, entrar a una gran sala a oscuras, sentir el olor a cuero, acomodarse en la butaca, escuchar susurros, enojarse por llantos de niños, dejarse sorprender, salir feliz o decepcionado pero nunca indiferente. Aunque mal me llamen fundamentalista y romántico, sigue siendo mucho más que eso, es un todo, es una experiencia. Ir al cine es tratar de resolver los problemas de otro al mismo tiempo que nos olvidamos de los nuestros. En definitiva es dejarse tocar, sentir y vivir.




En esta lucha por la defensa de la magia de la gran pantalla por fortuna estoy bien acompañado, grandes personalidades del mundo del cine han salido en su momento a defender la forma tradicional, uno de los primeros fue Pedro Almodóvar, ante lo ocurrido en el Festival de Cannes pronunció: "Creo que sería una paradoja que se lo lleve una película que no se verá en la pantalla grande" refiriendose a las dos películas de Netflix que concursaron en 2017, además de esto, aseguró que cualquier película se debe ver por primera vez en una sala de cine. Respaldando a Almodovar, se pronunció el que considero uno de los actores más destacados en América Latina, el argentino Ricardo Darin quien dijo: "El cine necesita ser defendido desde su exposición y emisión clásica. Las películas están hechas para ser pantalla, ese formato. Por eso el gran esfuerzo del director de fotografía, de los ingenieros de sonido, de los directores, todo el mundo tratando de que sea la mejor de las expresiones".

Por otra parte, el controvertido Christopher Nolan fue radical en decir: "Un escenario en el que las películas y la televisión se convierten en lo mismo eleva la televisión, pero disminuye el concepto de películas(...)   ¿A quién le importa Netflix? No creo que afecte a nada, no es más que una moda, una tormenta en una taza de té. ¿Cuál es la definición de una película? ¿Qué es una película? ¿Algo que dura dos horas? ¿Es un género en particular? Nada es eso. Lo que ha definido siempre una película es que se vea en un cine. Ni más ni menos. Así que el hecho de que Netflix esté haciendo películas para televisión y que compitan en los Oscar o en el Festival de Cannes sólo significa que utiliza el cine como un arma de promoción. Y no pasa nada, pueden hacerlo. Eso sí, si yo dirigiera un festival de cine no las aceptaría porque no son películas. Pero eso es una decisión de cada festival, o de la Academia de Cine."

Por mi parte, considero que el gran problema ha sido querer igualar a Netflix y este tipo de plataformas con lo que es el cine (Con todo lo que esto implica). Netflix, Amazon, HBO go, Fox Play, Crackle, no son cine, la televisión y el cine no son la misma cosa, no sigan intentando igualarlas.  No concibo que se instale en la misma categoría del festival más importante de cine en el mundo una película que no sea hecha para cine y por lo tanto no se haya proyectado en una sala, ¡Por favor! es de terror esto. 

Hoy en día queda claro, al menos para mi, que los tiempos han ido cambiando al mundo y por ende las formas también, por tal razón ver películas ya no es lo mismo que ir al cine, se han convertido en cosas diferentes. Esta teoría la expuso María Alvarez en una interesante columna para el portal argentino "El Perfil"  http://www.perfil.com/noticias/columnistas/las-peliculas-y-el-cine.phtml  "Está claro que las películas van a existir siempre, no están en riesgo de extinción, al contrario, cada vez hay más dispositivos dónde podemos verlas. Hoy, ir al cine y ver películas son, quizás, dos actos inversamente proporcionales: la gente mira cada vez más películas pero va cada vez menos al cine". Es obvio el mensaje de la columnista, se debe defender a capa y espada nuestro lugar a donde ir: El cine.

El terreno del cine es tan enorme que hay espacio para todo el mundo, por eso aclaro que no estoy del todo en contra de estas nuevas propuestas, pero soy un fiel defensor de lo tradicional porque considero que hay cosas que por más que el mundo avance no deben cambiarse, aunque haya cosas que se puedan mejorar. Para que una película haga parte del cine debe pasar primero por un teatro, la incertidumbre de la taquilla, las criticas positivas y negativas, las paginas de periódicos y revistas, el fervor en redes sociales, es todo un universo que no se puede borrar.

En conclusión, se debe seguir defendiendo el acto de ir al cine, es una guerra que ya está ganada porque la pantalla nunca muere, pero que se debe seguir hasta lograr la protección de ese regalo divino. Esto no significa que no se pueda coexistir con las nuevas modalidades, pero cada quien en el lugar que le corresponde. 

¡Vayan al cine!




miércoles, 11 de abril de 2018

¡Ay mi madre!

Antes de cualquier cosa, tengo que decir que espero con ansias cada película de Darren Aronofsky, es un director que me gusta mucho y esta vez llega con un plus... su musa es Jennifer Lawrence (Su actual pareja). No es un secreto para los que me conocen que yo amo a esta actriz. Si bien es cierto que tanto el director como su protagonista despiertan amores y odios entre los amantes del cine y que con ellos todo es blanco o negro,  nadie puede negar que Aronofsky logra algo muy importante con sus obras: abrirnos los ojos, ponernos a pensar, sorprendernos con su creatividad y cosmovisión, creo que nadie puede ser indiferente ante sus densas y profundas historias. Por supuesto "Mother!" no podía ser la excepción.

Aunque lo normal es que todos ya la hayan visto, y aquí me detengo a aclarar que hasta ahora escribo de ella porque me había alejado del blog por problemas personales y asuntos laborales, desde la distancia he notado que increíblemente algunos se han privado de verla, por lo cual, no sería justo develar algo de la trama. Aconsejo verla sin saber nada del entorno del universo de "Mother!". No en vano Aronofsky recomendó dejarse sorprender y dejar a un lado los prejuicios para poder disfrutarla. Con seguridad esto no va a ser posible, porque estoy seguro que este será un viaje irritante, Aunque no lo crean esto es un alago. 



La película es un viaje caótico, agónico e irritante, donde se sumerge al espectador en una atmósfera oscura, densa y absorbente que nos hace cuestionarnos todo el tiempo sobre la verosimilitud de lo que estamos viendo. Está llena de metáforas, alegorías, simbolismos, aquí está la riqueza de la cinta, no es algo que estamos acostumbrados a ver ni es la forma convencional de contar una historia, pero así es este señor.  La intención de Darren es arrollarnos con un derroche de creatividad, y esto ha ocasionado que lo tilden de pretencioso, narcisista, egolatra, pero soy capaz de asegurar que a priori del lanzamiento del film, él sabía lo que esta obra causaría, sin embargo el rechazo es algo que muy poco le importa a este artista que ya está acostumbrado a dividir opiniones respecto a sus creaciones.


Técnicamente es muy buena, hay mucho planos dedicados en la mayor parte del tiempo a mostrar la hermosa cara de Jennifer Lawrence que son exquisitos. En algunas escenas ver la cara de angustia de "Ella" y querer ver mas allá, ver otra cosa, lo oculto y no poder, nos desespera y nos encierra en un marco incomodo que inmediatamente nos hace empatizar con la protagonista. Goza de un buen reparto, las interpretaciones son muy correctas, este es otro punto que no se puede discutir. Javier Bardem cumple a pesar de que la protagonista se lo come vivo con su potencia interpretativa. Por otro lado, Ed Harris es una garantía y Michelle Pfeiffer no desentona con un personaje muy misterioso. A esto se le suma que el espacio en el que se desarrolla la historia está tan bien logrado que la casa es prácticamente un personaje más.



Para muchos críticos y gran parte del publico en general, esta ha sido una película que no los ha atrapado, incluso algunos osados la tildan de mala película, la han rechiflado al levantarse de la butaca, han manifestado sus ganas de que le devuelvan el dinero del boleto. Todos rechazan el ego del director, cuestionan el tercer acto de la película e interpretan la historia como de difícil acceso para el público promedio. Particularmente y gracias a Dios, pertenezco a otra gran parte de espectadores que la ha sabido apreciar y ha entendido lo que el director pretende con la cinta. En definitiva, esta vez Aronofsky nos ha dejado un producto recomendable,  que podrá o no gustarles, pero aseguro que no los dejará indiferentes, merece ser vista.


Lo mejor: El director sigue siendo fiel a su estilo y nos regala una de las mejores películas del 2017.

Lo peor: En realidad, lo peor es que mucha gente no se aleja de los prejuicios y no se permiten recibir a una historia que puede gustar o no, pero que yo aseguro que no los dejara indiferentes.






Mi Calificación: 8/10

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